A medida que iban pasando las semanas, la misma ropa que yo utilizaba comenzó a quedarme grande. Iba bajando tallas de manera muy rápida, por lo que tuve que comprarme ropa que se ajustara más a mi cuerpo, cosa que comenzó a gustarme mucho. De este modo, comencé a notar cómo mi cuerpo iba cambiando, iba empezando a tomar forma, y el efecto de ver cómo me quedaban las camisetas y los pantalones, era realmente hermoso de sentir. Mis hombros se comenzaban a ensanchar, mi abdomen iba perdiendo su forma de «gota» para comenzar a afirmarse, mis bíceps comenzaban a redondearse… Mi cuerpo comenzaba a mostrarme que aún tenía músculos!

 

Sin embargo, el aspecto muscular no fue el único que observé en aquel momento. No. También comencé a ver cambios en mi pelo, que brillaba mucho más y dejaba de ser grasoso. Mi piel, que iba ganando humedad y dejaba de estar constantemente reseca. Esto hacía que las pequeñas arrugas que habían comenzado a formarse, empezaran a desaparecer de a poco! Realmente ERA INCREÍBLE de ver como mi propio cuerpo, ese cuerpo tan fofo y tan mediocre que había tenido durante tantos años, ahora respondía de semejante forma, mostrándome todo lo que podía darme si yo lo trataba de manera diferente a como lo había hecho toda la vida. 

 

Como consecuencia de estos cambios, comencé a gustarme más, comencé a aceptarme cada vez más, comencé a sentirme MÁS ATRACTIVO. Así comenzó a cambiar también mi auto estima, que se fue incrementando proporcionalmente a mis cambios. Empezó así a darse un cambio interno que no me había imaginado que iba a ocurrir. Y el hecho de sentirme yo más atractivo hacia mí mismo, comenzó a transmitirse a mis relaciones y a los distintos ámbitos de mi vida, comenzando así a atraer otro tipo de personas y de situaciones que reflejaban más cómo yo estaba siendo en ese momento. 

 

Este cambio que se manifestaba exteriormente, no era más que una manifestación de mi cambio interno, lo que me llevaba a generar otro tipo de energía que desconocía hasta entonces. Y esta nueva generación de energía, se nutría de mi cambio corporal, y mi cuerpo se nutría de esta nueva energía. 

 

Cómo crees que cambiaría TU ENERGÍA diaria, si lograras transformar tu cuerpo y tu salud mediante los hábitos correctos e indicados para tu cuerpo y tu salud?

 

En mi caso, la imagen fue solamente una parte de los impresionantes beneficios que obtuve de mi transformación. Otro aspecto que cambió de manera radical, fue justamente MI ENERGÍA. Y esto de por sí, trajo otros beneficios.  
Hasta ese entonces, mi energía en términos generales no había sido mala, ya que soy una persona que naturalmente tengo buena energía. Sin embargo, lo que sucedió luego de cambiar mis hábitos alimenticios y de actividad física fue algo asombroso. Comencé a despertarme dos horas antes de lo usual, de forma completamente instintiva. Es decir, cuando mi cuerpo ya se sentía descansado, simplemente mis ojos se abrían y saltaba de mi cama como un resorte. Esto nunca me había pasado, ya que siempre había necesitado utilizar el despertador a regañadientes, quedándome al menos durante 15 minutos más en la cama. 

 

Comencé a rendir mucho más durante el día, en mis distintas actividades, con mayor capacidad de enfoque en cada cosa que hacía, poniendo toda mi energía en lo que tenía frente a mí. Ya fuera en mi trabajo, en mis relaciones, en mi entrenamiento, en mis comidas o en mis actividades de recreación, lo que me permitió VIVIR EL MOMENTO PRESENTE en mucha mayor medida. Y así, llegaba a la noche aún con buena y alta energía, luego de todo un día de intensas y diversas actividades, para terminar comiendo liviano, bajando decibeles, y yendo a dormirme a las 23 horas de la noche. Lo que me lleva al siguiente aspecto que resultó muy beneficioso para mi vida: EL DESCANSO.

 

Y te pregunto entonces, Cómo crees que cambiaría tu vida si pudieras descansar bien por las noches, si pudieras apoyar tu cabeza en la almohada e inmediatamente dormirte profundamente hasta el día siguiente, despertándote completamente respuesto y descansado?

 

EL DESCANSO. Sí, el descanso también cambió marcadamente en mi vida como consecuencia de mi transformación. Antes de comenzar mi cambio en mi salud y mi cuerpo, mi descanso no era bueno. De hecho, me dormía tarde, pasadas las 24 horas y a veces pasada la 1 a.m., despertándome varias veces por la noche, lo que hacía que nunca pudiera terminar de descansar mi cuerpo, por lo que mi sueño distaba mucho de ser un «sueño reparador». Esto hacía que -como dije antes- no sólo me despertara más tarde, sino que me costara levantarme de la cama. Y así comenzaba mi día, con una alta resistencia a la situación de tener que despertarme y levantarme para cumplir con mis obligaciones. Comenzaba con el pie izquierdo!

 

Todo esto cambió radicalmente a partir de mi cambio. El cuerpo es una máquina que necesita principalmente de TRES cosas para rendir a su máxima capacidad: Alimentos de Calidad + Actividad Física de Calidad + Descanso de Calidad. La palabra clave aquí es CALIDAD. Y esto fue lo que obtuve con mi cambio de estilo de vida. Calidad. Calidad en mi nutrición, en mi actividad física y en mi descanso. 

 

Así, cada noche me duermo entre las 22 y las 23 horas, apoyando la cabeza en la almohada y prácticamente desmayándome hasta el momento de despertarme a las 5 a.m., que como dije, lo hago de manera muy enérgica. Este descanso lo que me brinda es justamente un sueño REPARADOR. 

 

Cómo cambiaría TU SALUD GENERAL si ya no te enfermaras, si ya no sufrieras gripes ni cefaleas, si ya no tuvieras acidez estomacal, si no sufrieras de dolores de espalda o columna, dolores en los huesos y articulaciones, o cualquier otro tipo de enfermedad o dolor crónicos?

 

Pues, en mi caso, este es uno de los mayores beneficios que obtuve de mi transformación. 
Antes del cambio, tenía la tendencia de enfermarme de gripe al menos unas dos veces por año. Era religioso: dos veces al año, en invierno y comenzando la primavera, me pescaba el virus de la gripe, con fuertes dolores de garganta y levantando temperatura hasta los 40°. Recuerdo una gripe que me agarró en el año 2013, que me tuvo una semana completa en cama, llegando a los 42° de temperatura y con un dolor de garganta que prácticamente no me permitía tragar saliva. Esto, era algo habitual en mi vida antes de mi cambio. 

También lo eran los dolores crónicos musculares, calambres y contracturas, de las cuales no tenía idea de su origen, por lo que yo creía que se debía al hecho de pasar de la adultez a la vejez. Recuerdo que pensaba esto cuando sólo tenía 35 años de edad!!! Un ejemplo de estos dolores, era que muchas veces despertaba por la mañana con fuertes dolores de cintura que me impedían moverme bien, y que luego me aquejaban durante varios días, por lo que debía recurrir a remedios anti inflamatorios y analgésicos, para adormecer el dolor. 

 

La verdad es que, a partir de mi transformación, las gripes desaparecieron completamente (hoy hace ya 3 años que no me pesco una gripe y que no me enfermo) así como los dolores musculares y de articulaciones. No tengo cefaleas de ningún tipo ni acidez ni nada que se le parezca. Esto se debe a que mi alimentación y mi entrenamiento, son mis medicinas.

 

Y por último, cómo cambiaría tu vida si pudieras eliminar EL ESTRÉS por completo? Cómo mejorarían tu salud mental y emocional, tus relaciones, tu trabajo y tu economía? 

 

El estrés se genera por una situación mental de resistencia interna (interpretación de un hecho) ante una situación externa (hecho). Esta resistencia genera tensión interna por pretender cambiar el hecho o situación. 
Por ejemplo, en el trabajo, tenemos un jefe o superior que nos da ordenes (hecho externo) y para nosotros este jefe es insoportable porque no nos gusta cómo nos da las ordenes de trabajo (interpretación interna del hecho). Es esta interpretación de los hechos la que nos daña a través de resistirnos a estos hechos. 
Esta resistencia nos genera ANSIEDAD y PREOCUPACIÓN (por el futuro) respecto de este hecho: «cómo será mi futuro si sigo trabajando con este jefe… Si se da cuenta que no lo soporto, me va a echar del trabajo… Tendré que renunciar para salir de esta situación… Pero si renuncio, me agradará mi próximo jefe?» . Este es un claro ejemplo de cómo se genera el estrés por una situación laboral. 

 

O también el estrés puede venir de la resistencia al hecho presente, por CULPA (por el pasado): «Nunca debería haber renunciado a mi trabajo anterior»… «Mi anterior jefe era mucho mejor que este» (aunque tampoco lo soportaba) … «Tendría que haber comenzado ese emprendimiento que tanto soñaba así sería mi propio jefe»… En este caso, el estrés se genera también por una situación laboral, aunque por resistencia al hecho presente por interpretación basada en hechos pasados. 

 

Este patrón también es aplicable a una relación de pareja, de amistad, de familia, a la situación económica e incluso a la salud: «Nunca me debería haber casado»… «Tendría que haber invertido el dinero en un inmueble» … «Debería haber comenzado a entrenar el año pasado»…. «Si sigo con este estilo de vida, en unos años voy a estar muerto»… Y muchos otros ejemplos de culpa y ansiedad como generación del estrés. 

 

Pero nuevamente, cómo cambiaría tu vida en este sentido, si lograras transformar tu cuerpo y tu salud? Cómo evitarías las situaciones de estrés?

En términos generales, en mi caso concreto, lo que puedo decir es que el hecho de haber podido transformar mi cuerpo y mi salud, me ha llevado a desarrollar hábitos mentales y emocionales cada vez mejores que me permiten afrontar día a día las potenciales situaciones de estrés de una manera completamente diferente a como lo hacía antes de mi cambio. Y son estos hábitos mentales y emocionales los que hacen que yo evite el estrés en mi vida, controlando sentimientos de ansiedad, preocupación y culpa. Todos sentimientos que no tienen ni un poco de utilidad en la vida, salvo generar estrés y sus consecuentes enfermedades.