
He conocido mucha gente, demasiada quizá, que está convencida de estar haciendo las cosas bien en lo que refiere a sus hábitos de salud y estilo de vida, con la mejor intención incluso, y sin embargo, los resultados no llegan; y si continúan haciendo las cosas de esa manera, nunca llegarán.
Hay ciertos mitos en temas de salud y bienestar que están tan incrustados en el inconsciente colectivo, que a la gran mayoría de la gente ni siquiera se le ocurre ponerlos en duda.
Algunos de estos mitos son los siguientes: 1) Que una caloría es una caloría, sin importar si viene de una espinaca, de un caramelo o de una coca cola light. 2) que para bajar de peso debemos bajar la cantidad de comida que comemos. 3) que para bajar de peso debemos hacer mucho ejercicio cardiovascular. 4) que si sos mujer y haces pesas, vas a ponerte como un hombre. 5) Que las grasas aumentan el colesterol y nos traen problemas cardíacos.
Estos son apenas algunos de los muchos mitos que se toman como verdades y no se discuten. La verdad es que en mi caso, para lograr el estado físico y el cuerpo que tengo, cuestioné absolutamente todos esos mitos. Prefiero aprender por experiencia propia o con base en la ciencia, o experiencia ajena con resultados probados.
El punto al que quiero llegar, es que esta gente que cree todo eso como verdades, cuando decide tomar acción para cambiar su mala salud, su pésimo estado físico y su mal tratado cuerpo, basa sus decisiones y acciones en dichas creencias, y así hacen todo al revés, sin tener el más mínimo resultado en el corto plazo (porque nunca llegan al medio ni al largo ya que abandonan..).
Entonces, el error de base está en persistir en estas creencias y no cuestionarlas. A veces puede ser ignorancia, fanatismo o miedo al cambio. Miedo a cambiar lo que creemos.
Es por esto que el estilo de vida insano que llevan, no es el error, sino su consecuencia lógica. El problema son los cimientos, no la casa mal construida.
Entonces la solución en estos casos, es derrumbar la casa y poner nuevos cimientos para construir una nueva casa. Es decir, transformarse desde las creencias para ser otra persona, y de este modo, siendo otro, llevar otro estilo de vida sin esfuerzo, ya que cuando la base es la correcta, sus acciones correctas serán normales y naturales.
Por último, cabe mencionar que los medios y las corporaciones de la industria alimenticia no tienen ningún interés real en cuidar nuestra salud sino más bien, en generar más rentabilidad a sus negocios y llenarse los bolsillos. Entonces, ellos refuerzan estos mitos para mantenernos, gordos, estresados, enfermos, somnolientos y con baja energía. No es negocio para nadie (salvo para uno mismo) estar vital, saludable, comer alimentos no procesados y no necesitar médicos ni remedios.
En definitiva, no tengamos miedo de cuestionar mitos, creencias y supuestas verdades impuestas desde el exterior, y busquemos en la experiencia y la ciencia lo que verdaderamente causa un mal estilo de vida y sus consecuencias en la salud.
Federico Medina
Life & Wellness Coach
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