
Hace unos días se publicó en en un diario digital de gran popularidad en Argentina, un artículo que respondía al dilema que muchas personas plantean como excusa perfecta para no realizar actividad física y evitar salir de su zona de confort que dictamina «ir de la cama a la silla de la oficina, de la silla al sillón de casa a ver series, y del sillón a la cama, a ver más series y tratar de dormir algo».
Este artículo lo que hizo fue dar por tierra con los mitos que dicen que entrenar te deja cansado para luego tener sexo, o que toda la energía y la libido se queda en el gimnasio o que la actividad física perjudica de alguna forma el deseo sexual. Nada de esto es cierto.
La realidad es que la falta de actividad física, el sedentarismo, la mala alimentación y el mal descanso, así como una rutina diaria desapasionada, son factores que atentan contra el deseo y la acción sexual directamente. Además que el hecho de uno no gustarse a sí mismo físicamente, se comunica a la otra persona, y atrae la misma falta de deseo sexual.
Sin dudas, si una persona convive cotidianamente con la falta de deseo sexual (no hablo aquí de casos médicos clínicos, para los cuales se debe consultar a un profesional), lo más seguro es que se deba a un conjunto de factores entre los cuales se hallan la nutrición, la falta de actividad física y un mal descanso.
La buena actividad física genera muchas cosas positivas, como el aumento de la testosterona (hormona fundamental en el deseo sexual) que en los hombres hace que las erecciones sean más firmes y duraderas (haciendo que no haga falta ningún «milagro azul»); la generación de endorfinas (la llamada hormona de la felicidad); mejora la autoestima al mejorar nuestra imagen física y gustarnos más, lo que se comunica a nuestra pareja generando en ella un mayor deseo sexual.
En definitiva, el entrenamiento físico, la sana alimentación y el buen descanso, son altamente recomendables si lo que uno quiere (hombre o mujer) es tener un mayor deseo y desempeño sexual para mejorar drásticamente su vida.
En efecto, paradójicamente, hacer ejercicio físico en lugar de quitarnos energía, nos da mayor energía. El entrenamiento sano y natural (sin uso de esteroides o drogas que dañan la salud) es fundamental para tener una vida bien activa desde todo punto de vista, y el aspecto sexual es uno de los principales beneficiados por esto.
No nos dejemos llevar por los mensajes de una sociedad o mercado mediocres que sólo buscan su propio provecho mediante el negocio que implica para ellos, mantener a las personas enfermas y faltas de salud física. Nunca va a ser buen negocio para la industria médica, farmacéutica y alimenticia, que las personas logren un estado de salud óptimo y pleno. Por eso, no creamos todo lo que se publica en los medios de comunicación.
Federico Medina
Life & Wellness Coach
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