
El estrés, es aquella presión psicológica que siente una persona como consecuencia de una situación determinada y concreta, o de una situación general y constante.
El estrés, no es la situación en sí misma, sino la reacción psicológica que tenemos a esa situación. Es decir, es “sentirnos presionados” por esa situación determinada. Y ese sentirnos presionados, es lo que en definitiva nos afecta a nivel personal, sobre todo, a nivel salud.
En general, este estrés se da cuando sentimos que una situación determinada nos supera (o nos puede llegar a superar) en nuestras capacidades de responder a ella. Entonces, al sentir que no vamos a poder cumplir con lo que la situación nos exige, las preocupaciones y el temor toman su lugar.
Sentimos que no estamos con el control de la situación preocupándonos y temiendo por nuestra situación, ya sea por la posibilidad de ser reprendidos por nuestro jefe (si somos empleados), o la posibilidad de no cumplir con un cliente con el consecuente riesgo de perder ese cliente (si somos independientes), o la posibilidad además de ser sancionados o perder la matrícula para ejercer nuestra labor (si somos profesionales). Esto, si estamos hablando de estrés laboral.
Este sentimiento de estrés –que afecta a todos quienes trabajamos en la economía industrializada- es muy común, pues son muy pocos quienes no se ven afectados por él. Sin embargo, no por común deja de ser perjudicial para nuestra salud y nuestra vida personal y en última instancia, para nuestra producción laboral y la de la empresa o emprendimiento por los que trabajemos.
En última instancia, el tema del estrés es un tema de energía. El estrés es una respuesta fisiológica natural del ser humano, ya que se trata de un mecanismo de defensa que prepara nuestro cuerpo y organismo para encarar situaciones nuevas, desconocidas y de potencial peligro.
Cuando se da una situación de estas, nuestro cuerpo actúa de determinada forma: focalizamos nuestra concentración, liberamos hormonas de estrés, se nos dilatan las pupilas, aumenta nuestra presión sanguínea, se libera azúcar y grasa en nuestro organismo para obtener más energía y que nuestro cuerpo responda; entre otras cosas.
Pues bien, el problema viene cuando no liberamos correctamente toda esta energía acumulada, y esto se relaciona directamente con la reacción que nosotros tengamos frente a la situación que genera ese stress. Y según se ha comprobado, habrían dos maneras de reaccionar, una manera saludable y otra perjudicial para nosotros.
La manera saludable es lo que comúnmente se llama “eustress” o “estrés positivo”, que tiene la función de preparar el organismo ante una situación de riesgo o peligro para protegerlo. En esta situación, lo que hacemos es tomar cartas en el asunto, es decir, ponemos todas nuestras capacidades físicas y mentales a disposición de solucionar la situación que nos pone en riesgo o peligro, llevando a cabo las acciones correspondientes. Una vez solucionada la situación de riesgo, el stress desaparece, lo que genera el equilibrio que nuestro organismo necesita para funcionar normalmente.
La manera perjudicial de reacción ante una situación de riesgo o peligro (laboral en este caso) es lo que usualmente se llama “distress” o “estrés negativo”. En este caso, lo que hay es una respuesta excesiva o prolongada en el tiempo, por ejemplo, preocuparnos de más, ponernos ansiosos, deprimirnos, etcétera. Todas cuestiones que no llevan de ningún modo a solucionar la situación de riesgo o peligro.
Por el contrario, pueden llevar a incrementar ese riesgo o incluso a que se transforme en realidad. El estrés negativo, satura nuestro sistema fisiológico, causando cansancio emocional, intelectual y físico, lo que en definitiva nos llevará a un decrecimiento de nuestro rendimiento y sobre todo, afectará nuestra salud.
En definitiva, lo que tenemos que buscar prevenir y solucionar entonces, es el llamado “estrés negativo”, y para eso desde mi punto de vista personal basado sobre todo en mi experiencia y la de gente conocida que ha lidiado con el mismo estrés y sus resultados, hay distintas estrategias, herramientas y actitudes a tomar, a saber…
A.- IDENTIFICAR LA SITUACIÓN
Es básico, pero al mismo tiempo determinante, tomar conciencia de la situación. Es decir, darnos cuenta que una determinada situación laboral, por ejemplo (como puede ser una sobre exigencia de nuestro jefe si somos empleados, o una situación comprometida ante un cliente si somos independientes, por ejemplo) nos está generando presión y que nosotros estamos interpretando la situación desde un lugar en el cual sentimos esa presión y la transformamos en “distréss”.
Entonces, antes de tomar cualquier tipo de medida, resulta fundamental poder frenar en el medio de la tormenta emocional e identificar eso que nos está agobiando y lo que nos está sucediendo en esos momentos.
B.- COMUNICACIÓN
Es muy importante “sacarnos de adentro” la presión para que la situación no se transforme en una olla tapada a presión a punto de explotar, ya que guardarnos los sentimientos y pensamientos dañinos, lo único que hace es generarnos más daño aún.
Sin embargo, tenemos que ser cautelosos al momento de elegir con quién hablar nuestros problemas laborales, pues si los hablamos con compañeros de trabajo, corremos el serio riesgo de generar una especie de “conventillo” que puede jugarnos muy en contra.
Lo mejor entonces es hablarlo con nuestro terapeuta (si asistes a uno, claro. Si no lo haces, te lo recomiendo encarecidamente). Si no tienes terapeuta, entonces algún amigo ajeno a tu situación laboral que pueda entender la situación y te pueda dar una opinión lo más objetiva posible. En todo caso, es muy importante que alguien te escuche.
También es muy importante, llegado el momento, poder hablar del asunto con las personas involucradas en la situación laboral en cuestión, es decir con tu jefe o cliente, ya sea para que te ayuden a solucionar el problema, o para que comprendan que estás en proceso de solucionarlo. Esto quitará presión a la situación.
C.- TÉCNICAS DE RELAJACIÓN
Existen distintas técnicas de relajación que nos pueden ayudar mucho a lidiar con el “distress”, como la meditación, el yoga y las técnicas de respiración, entre otras. A través de la práctica de estas distintas disciplinas, lo que se logra justamente, es aprender a aquietar la mente (los pensamientos preocupantes recurrentes) y sobre todo, aprender a controlar las emociones, que tantas veces nos juegan en contra de una situación estresante.
Hoy por hoy, está científicamente comprobado lo beneficioso que resulta la práctica diaria o al menos constante, de estas disciplinas. Ello debido a lo que se va generando en nuestro organismo mientras las practicamos, principalmente, la liberación de la hormona llamada endorfina (llamada también la hormona de la felicidad). Esta hormona, funciona justamente como una “hormona antiestrés”.
D.- EJERCICIO FÍSICO
El ejercicio físico, ya sea en forma de deporte o en forma de entrenamiento, resulta ser una excelente herramienta para lidiar con el distress, pues nos servirá sobre todo para liberar toda esa energía acumulada debido a la presión de la situación que nos estresa.
Además de liberar tensiones, el ejercicio físico es excelente para la salud, tanto física como intelectual y emocional. Así como el yoga y la meditación, el ejercicio físico también libera endorfinas mientras lo realizamos y una vez que terminamos de hacerlo, debido a ese sano cansancio que nos brinda esa sensación de “haber cumplido con eso que nos cuesta pero que nos hace tan bien”.
E.- EL DESCANSO
El descanso es el contrapeso tanto del estrés como del ejercicio físico, y como tal, resulta fundamental que seamos inteligentes respecto de este punto y le otorguemos la importancia que realmente tiene.
Por ello, resulta muy importante que durante la jornada laboral, nos tomemos momentos de descanso entre nuestras obligaciones laborales. Por ejemplo, en mi caso que soy abogado, cuando debo escribir presentaciones judiciales, cada 45 minutos de escritura y elaboración, ceso de escribir, me tomo un té, me relajo unos 10 minutos, y luego continúo. Estos mini descansos hacen que mi cerebro luego de estar un buen rato concentrado, se relaje y pueda volver con más fuerza y creatividad a retomar la escritura.
Por otro lado, también resulta clave el descanso diario, es decir, dormir al menos 7 u 8 horas por la noche. Para nuestro cuerpo y nuestra mente, resulta muy importante el descanso nocturno, ya que por la noche es cuando todo nuestro organismo se repara a través, sobre todo, del trabajo de la hormona de crecimiento.
F.- EVITAR LAS TOXINAS
El uso de drogas, alcohol, tabaco y también la comida chatarra, resulta tremendamente perjudicial para nuestro cuerpo y nuestra mente. Estos no son más que estimulantes o incluso escapes de la realidad. A nivel salud no sólo no aportan nada sino que son muy perjudiciales.
Realmente no vale la pena extenderse en este punto más que para decir que son venenos para nuestro cuerpo y nuestra mente, que además de ello, causan adicciones de las cuales luego resulta muy difícil salir. A modo de ejemplo, la nicotina, las drogas, los azúcares y las harinas, están compuestos por químicos que directamente causan adicción en nuestro organismo. Por ende, una vez atrapados en la adicción, ya no se trata de un tema de voluntad el poder evitarlos.
Por todo esto, es que en este punto no debería haber ningún tipo de discusión al respecto. Si lo que verdaderamente quieres es vivir la Salud Total, nada de esto debería formar parte de tu vida cotidiana.
G.- ALIMENTACIÓN SALUDABLE
La alimentación saludable tiene muchísimas ventajas y beneficios para nuestra salud, tanto física como mental. Por eso también es uno de los pilares fundamentales para el logro de la Salud Total.
Alimentarnos con verduras y frutas principalmente, así como con grasas saludables y proteínas, resulta fundamental para nuestra salud física y mental. Hará que nos llenemos de energía de la cual podremos disponer durante mucho más tiempo.
La alimentación sana, nos brindará las vitaminas, los minerales y la fibra que nuestro cuerpo necesita para un rendimiento óptimo.
A su vez, también resulta muy importante la ingesta de agua durante el día para mantener nuestro cuerpo hidratado. Pensemos que estamos compuestos físicamente por un 70% de agua. Esto sólo nos debería dar la pauta de lo importante que debería ser el agua en nuestra dieta diaria. Se recomiendan unos dos litros de agua al día. Procuremos lograrlo.
Y si te tuviera que recomendar otro tipo de infusión como complemento del agua, sin lugar a dudas mencionaría el TE VERDE. Esta bebida ancestral, tiene muchísimos beneficios desde el punto de vista de la salud. Te lo detallaré más adelante en la sección de alimentación saludable.
Concluyendo este tema del estrés, quiero aclarar mi propia experiencia: En la actualidad, ya no asisto a mi terapeuta hace ya casi dos años. Hoy tengo la capacidad de identificar aquellas situaciones que me hacen mal e ir cambiándolas. Llegar a adquirir esta capacidad lleva años de aprendizaje en el auto análisis.
Hace también más de cuatro años que tomé la decisión de alimentarme de manera saludable, por eso soy muy consciente de lo que ingiero, en cada comida que hago. También haceunas de cuatro años que me ejercito diariamente mediante rutinas calisténicas y pesas.
Así es como vivo mi propio camino de la Salud Total, que no tiene por qué ser igual al de nadie, pues somos únicos y tenemos nuestras vidas y situaciones particulares. Sin embargo, todo esto puede servirte de guía para la elaboración de tu propio camino.
Federico Medina
Life & Wellness Coach
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